martes, 8 de junio de 2010

lo que sé

es el nombre de una sección escrita en primera persona que sale en la revista squire (creo). En argentina, el suplemento radar de página 12 suele reproducir algunas de estas notas en español.

ante la muerte de dennis hopper (1936-2010)





voy a robar la nota entera, a modo de homenaje a este gran actor. enjoy it.





Debería haber muerto diez veces. He pensado mucho en eso. Es un absoluto milagro que yo siga por acá.

A pesar de todas las drogas que consumí, yo fui en realidad un alcohólico. En serio: sólo tomaba cocaína para poder ponerme sobrio y seguir tomando. Mis últimos cinco años de bebida fueron una pesadilla. Me tomaba dos litros de ron, 28 cervezas por día, y tres gramos de coca para poder seguir andando. Y creía que me estaba yendo bien sólo porque no estaba arrastrándome borracho por el suelo.

Los ’60 ya casi habían terminado cuando se estrenó Easy Rider. Pero Hollywood no había asumido nunca la década, sus comunas, las drogas, el amor libre, el ácido. Todavía estaban haciendo películas como Problemas de alcoba. La gente joven dejó de ir al cine. Iban a los autocines, love-ins, en Golden Gate Park con 80 mil personas tomando ácido. Finalmente, en Easy Rider, se vieron a sí mismos. Fue un momento increíble, pero eso es todo lo que fue: un momento.

Cuando la gente se acerca quieren conocer al tipo de Easy Rider o Apocalypse Now! o Blue Velvet. Yo no soy uno de esos tipos. Eran sólo papeles. Pero si te tomás unos cuantos tragos podés convertirte en Billy o en Frank, ¿sabés?

Yo crecí en el Dust Bowl (la pradera americana llamada así en los años ’30 por las tormentas de polvo) y la primera luz que vi fue la de una sala de cine. Mi abuela llenaba su delantal de huevos y caminábamos unos cuantos kilómetros hasta Dodge City. Una vez ahí, ella vendía los huevos y comprábamos entradas para el cine.

Cuando filmé Rebelde sin causa, venía de interpretar Shakespeare en el viejo Globe Theater de San Diego. Tenía 18 años y creía que era el mejor actor del mundo. Y entonces lo vi a James Dean. Fue el mejor actor que vi jamás. Estaba tan avanzado... Yo estaba haciendo lecturas de líneas y gestos, y él vivía en el momento. Yo quería saber qué era eso que él hacía. Y me dijo: “Simplemente empezá a hacer las cosas, no las muestres. Fumá el cigarrillo, no actúes como si fumaras un cigarrillo. Tomate el trago, no hagas como que tomás el trago”. De alguna manera todo empezó ahí.

Una vez Jimmy Dean sacó una navaja y amenazó con asesinar al director. Yo imité su estilo en el arte y en la vida. Me metió en bastantes problemas.

Sam Peckinpah era un tirano. Pero cuando uno está en un set, como solía decir Henry Hathaway, “eso era charla de sobremesa, muchacho, charla de sobremesa. ¡Ahora estamos haciendo películas!”. Cuando estabas en el set, se convertía en algo diferente. Hathaway era un gran tipo para ir a cenar con él. Peckinpah también era maravilloso para pasar el rato. Pero a la hora de filmar, eran tiranos. Y ésa era la manera en que funcionaba y ésa es la manera, muy honestamente, en que debe ser. Si no les tenías respeto, eran capaces de asustarte hasta que lo tuvieras.

Cuando todavía estaba en rehabilitación, el doctor sugirió que dejara Taos y volviera a la realidad. ¿La realidad? ¿En Los Angeles?

Cuando hice Terciopelo azul acababa de salir de rehabilitación, llevaba sobrio menos de un mes. Entonces hice ese papel, y de ahí pasé a interpretar un papel de alcohólico en Hoosiers, y luego hice de dealer en River’s Edge. Esas fueron mis tres primeras películas estando sobrio. Lo llamé a David Lynch y le dije: “Hiciste lo correcto al elegirme, porque yo soy Frank Booth”.

Hacer Super Mario Bros fue una verdadera pesadilla. Cuando la vio mi hijo, que tenía 6 o 7 años, me dijo: “Papá, creo que probablemente sos un muy buen actor, pero ¿por qué interpretaste a King Koopa? Es un tipo muy malo, ¿por qué quisiste interpretarlo?” Le dije: “Bueno, para que puedas tener zapatos”. Y él me dijo: “No necesito zapatos”.

Toda mi familia fue demócrata. Yo mismo soy republicano desde Reagan. Ni siquiera me importaba mucho: no me parecía un buen actor, y no sabía qué tipo de presidente sería. Pero estaba leyendo mucho a Thomas Jefferson en su momento, y Jefferson decía que cada veinte años, si un partido se ha mantenido en el poder, es tu obligación como norteamericano votar al otro partido. Quería ver un cambio en el Congreso, y cambiamos el Congreso. Y después simplemente seguí con los republicanos. Voté por los dos Bush. Las cosas realmente empezaron a venirse abajo cuando el presidente Bush dijo que nuestra estructura financiera era fuerte. Y luego McCain volvió a decir lo mismo, por Dios.

Voté por Obama. Di vueltas un rato, hasta que eligieron a Palin. Ya no podía seguir con esta caricatura. Ahora veremos qué pasa.

Soy tan sólo un chico de clase media que creció en una granja en Dodge City, y mis abuelos sembraban trigo. Para mí la pintura, la actuación, la dirección y la fotografía eran todo parte de la experiencia de ser un artista. E hice mi dinero de esa manera. Y me divertí un poco. No ha sido una mala vida.

cocarina /// días 1-2 y cero y 1

al salir de la clase de pilates, comprobé, al pasar por la balanza, que había bajado un kilo o algo así,

esta semana el peso es 49 así que supongo que con todas las falencias y falta de disciplina de mi parte, el tema de la cocarina está dando pequeños resultados.



Viernes:
un día signado por el embole y el trabajo, hice algunos dibujos, nada especial.


Sábado: cocarina /// día 2

el sábado me levanté con la convicción de que tenía que sacar todo este desorden adelante, así que fui a la peluqueria a que me corten el pelo y lavé mucha ropa.

Empecé a usar zapatos de taco porque ya no siento a las zapatillas, bueno, ya me aburrieron.

Fiesta por la noche:
el cumpleaños de una chica francesa. Yo pensé que era en una casa, pero era en un lugar tipo una casa. Después de darle la vuelta entera al armario, logré armarme un total look casual pero lindo. jeans, zapatos de taco, un sweater marrón. Me planché el pelo y todo estuvo bien hasta que llegué a la fiesta y me encontré con un montón de postadolescentes femeninas de 22/23 años y a pesar de que tengo apenas un par más, me sentí algo vieja y deprimida. todas tan lindas, todas tan flacas, todas con tan poca ropa a pesar del frío y yo con un sacón fumando en el patio compulsivamente.

Un chico apareció y si bien en otro momento me pareció algo buen mozo, la percepción de él el sábado, cambió por completo. Lo que antes parecía elegancia casual, pasó a ser una mentira supercalculada.

Siendo hombre, usar una remera rallada en blanco y negro con una bufanda rojo y negro en cuadrillé, es horrible, no combina, y te convierte en un tonto con ínfulas de trendsetter.

Ante ese panorama, no me quedó otra opción que atiborrarme de marihuana para luego ir a mi casa y comerme un scon, alfajores de maicena, galletitas de agua y cualquier cosa que encuentre por ahí lista para comer, así que el domingo, sin haber empezado, se convirtió en el día 0 de la cocarina.

Me sentí triste y desesperada ante la idea de que todo continúe siendo tan espantoso.

Así que me fui a dormir.


Domingo /// día 0

con un humor un poco loquesea, me levanté y me puse ropa linda para sentirme mejor. Me fui a la inauguración de una muestra de fotos, y la gente y las fotos en sí, me hicieron pensar que la fotografía es una disciplina algo sobrevalorada.

Nadie sabe realmente que es lo bueno, todos dicen que todo es lindo, todos hablan un montón y no entiendo de que. Todos tienen ropa linda y bueno, podría ser peor, la ropa podría ser fea, las combinaciones podrían ser feas, como la remera rayada y la bufanda escocesa.

Lunes /// cocarina día 1

en el día de la fecha, no se registraron ingerencias de coca.cola ni de harina.

ready to go day 2


Ante el panorama de desesperanza general, abandoné el libro de caicedo que estaba leyendo y empecé el crónicas 1 de bob dylan, porque bueno, si estoy deprimida, necesito apoyarme en algo.

Cuando Bob llegó a NY, hacia el 61 o algo así, dice que no buscaba ni el amor ni no sé que cosa. Así que decidí ponerme en BobDylan mood, y mandar todo a la mierda.
Eso sucedió mientras leía el libro, y el resultado fue un porro gigante y un dibujo de bob hecho con lápiz marrón. Lo siento, pero necesito obsesionarme con algo un rato.


En la muestra de fotos del domingo, apareció mi exnovio el judío mezquino fanático de bob dylan que también roba amigos. Un amigo señaló la aparición y preguntó por qué no iba a saludar y por qué me hacía la tonta.

le dije que realmente no me interesaba ningún tipo de intercambio verbal con el sujeto en cuestión. No me interesa saber como está, como anda su familia y todas esas cosas. no me interesan. así que no le hablo.

que minita que soy, no?